Atahualpa Yupanqui (II)

Yupanqui podría decir como Neruda ‘confieso que he vivido’.
¿Cómo hablar, en tan poco espacio, de 84 años tan vividos?
Aquí les dejo –tal lo prometido ayer- datos sueltos, frases de Yupanqui, repuesta al periodismo.
Una manera de acercarnos un poco más a la filosofía yupanquiana.

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'Si hoy un muchacho argentino toca la guitarra, aunque toque algo del país, se parece un poco a lo norteamericano.
Es curioso, porque nuestro país proviene del nativo, por un lado, y por el otro de Italia o España. Sin embargo la melodía siempre va a estar más cerca de EEUU que del español antiguo o del Réquiem de Verdi’.

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‘Hoy de todo el Martín Fierro los únicos consejos que se siguen son los del Viejo Vizcacha’.
Que no son lo más recomendables. El Viejo Vizcacha es el que dice:
‘Hacete amigo del Juez / no le des de que quejarse
Y cuando quiera enojarse / vos te tenés que encoger
Pues siempre es buenos tener / palenque ande ir a rascarse’.
Otro consejo es ‘Nunca vayas a parar /donde veas perros flacos’.
Yupanqui ya estaba viendo un enorme desamor por la patria, por la tierra, por los semejantes.

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‘Un árbol tarda a lo mejor cien años en crecer y se voltea en dos horas.
Por unas chirolas nos están dejando sin árboles.
El hombre necesita, para vivir, un bosquecito con pájaros.
El ruido de las hachas ahuyenta los pájaros. Le destruye sus nidos.
Al pájaro que le hacharon el árbol no vuelve más a la región y la comarca se queda sin pájaros’.
Yupanqui grabó unos versos de Cortázar que dicen:
‘Al árbol ya cortado
No lo claves en tierra,
Porque su copa seca
No engañará a los pájaros’
Atahualpa por su parte escribió:
‘Si hay leña caída en el monte / yo no via cortar un árbol,
Por el aire no puedo dir/ si no ni pisaba el pasto.
Yo no sé lo que tendrán / los yuyitos de mi tierra,
Al tranco lo pisotean / las mulas y los sotretas,
Y en cuanto siente alivian / ellos solos se enderienzan
Y nacen la hojas verdes / por entre las hojas secas’.

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En 1955 se rodó ‘Horizontes de piedra’ basado en el libro ‘Cerro Bayo’ de Yupanqui.
En 1956 la película participó del Festival Internacional de Karlovy Vary (Checoeslovaquia) y obtuvo los premios a la ‘Mejor Película’ y a la ‘Mejor Música’ que escribió precisamente Atahualpa.

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En 1989 la Universidad de Nanterre le solicitó a Yupanqui la creación de una Cantata para conmemorar el Bicentenario de la Revolución Francesa.
La pieza se tituló ‘La palabra sagrada’ y es un homenaje a los pueblos sometidos que son capaces de liberarse.
La palabra sagrada, para él, era 'libertad'.

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No tuvo ambición material.
‘Yo podría ser económicamente un hombre de buen pasar, pero lo que gano en recitales lo invierto en libros y viajes’.
Invertía en conocer.
‘Y en darme. Es un mal que me viene de lejos. Un tío me dijo hace mucho que el mejor verbo de nuestra lengua es ‘dar’.

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Tenía 82 años y su joven corazón seguía encendiendo la utopía.
‘Hermanito del mundo prestame un libro / yo te daré mi copla que es mi destino
Conversaremos siempre, yo estoy seguro / allá en los montes alto, junto a los pinos,
Abajo, entre la piedras de los arroyos / y haremos otro mundo para los niños’

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No era partidario de los homenajes a su persona.
En una carta dirigida a Pedro Iribarne de Coronel Dorrego en 1964 le dice:
‘No puedo amigo. No me siento elegido para ninguna clase de homenaje. Y Tata Dios sabe que digo la verdad. Me causa risa verme objeto de lisonja y amabilidades; homenajeado por el solo hecho de haber seguido el rumbo de mi vocación, que por ser vocación precisamente es tan fácil, tan grato, tan natural.
Creo que debe rendirse homenaje a aquellos que, forzando el rumbo natural de sus aficiones, han enderezado sus vidas y salvado con honor la adversidad para llegar a buen puerto, limpiamente. ¡A ellos les rindo mis tolderías!’.

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En 1988, en ocasión de cumplir sus ochenta años, rechazó una invitación para tocar en el Teatro Colón. ‘No puedo tocar en el mismo lugar donde tocó Andrés Segovia y menos con mis manos afectadas por la artrosis’.

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El ingeniero Carlos Yema, de Neuquén, un hombre preocupado por difundir la obra de Yupanqui entre los estudiantes (junto a un amigo editó, de su peculio, el libro ‘El canto del viento’ que luego distribuyó gratuitamente a escuelas de la vecina provincia) le escribió a Atahualpa comunicándole la muerte del doctor Gregorio Alvarez.
Desde París don Ata le contestaba:
‘Querido amigo Yema:
Cincuenta años se cumplieron hace unos meses de la noche que nos saludamos por primera vez con el doctor Alvarez en la calle Belgrano de Buenos Aires.
A esa noche la alumbramos con nombres cuya antorcha abrazaba nuestros desvelos: Rojas, Bufano, Caminos, Lynch, Hudson, Namuncurá, Joaquín V. González.
Cuando nos separamos ya éramos amigos de profunda relación emocionada’.

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La casa, hoy museo, de Atahualpa Yupanqui está en Cerro Colorado, en el norte cordobés, a 11 kilómetros del antiguo Camino del Inca. El lugar fue suyo –se lo obsequió un lugareño- desde un cierto día de los años cuarenta.
Al pie del Cerro, a orillas del río Tártago, en un recodo, Atahualpa plantó su casa.
Allí urdió mucha de su obra poética.
Disfruto ‘de la paz de los mollares’ junto a Paula Antoinette Peppin, la ‘Nenette’ de su corazón.
Allí, en el silencio de Cerro Colorado, descansaba de los largos viajes por el mundo.
Deliberadamente no tenía energía eléctrica, gas, ni agua corriente.

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La Nueva editorial Universitaria de la Universidad Nacional de San Luis ha editado las Obras Completas de Yupanqui.
En el prólogo de ‘Del algorrobo al cerezo’ apunta:
‘Paradójico Atahualpa, músico y amante del silencio; protagonista de espectáculos, convocantes de grandes públicos, y tímido y pudoroso; continente de ideas progresistas y defensor de tradiciones. Coherente Atahualpa, en su vida, su pensar, su sentir. Leal Atahualpa, respetuosos de sus principios, hasta el punto de soportar torturas y exilios’.

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Miguel Angel Gutierrez, biógrafo de Atahualpa dice que ‘Yupanqui escribió en realidad sólo una infinita canción para los hombres: una extensa alegoría a la vida, a la justicia, a la libertad, al amor y a la fraternidad.
Él conocía la génesis y el destino del canto, por eso pudo exponer ambos extremos de esta aventura espiritual con justeza incomparable.
‘Nada resulta superior al destino del canto.
Si tú eres el elegido, si has sentido el reclamo de la tierra,
Si comprendes su sombra, te espera
Una tremenda responsabilidad.
Puede perseguirte la adversidad,
Empobrecerte el medio, desconocerte el mundo,
Pueden burlarse y negarte los otros,
Pero es inútil nada apagará la lumbre de tu antorcha.
Si tú no crees en tu pueblo, si no amas, ni esperas,
Ni sufres, ni gozas con tu pueblo, no alcanzarás a traducirlo nunca’.

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Atahualpa escribió unas 1.500 canciones. Muchas de ellas aun sin editar.

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Recibió premios y distinciones de Francia, Hungría, Checoeslovaquia, España, México, Venezuela, Colombia, Brasil, Alemania, República Dominicana, Washington, Perú e Italia, entre otros.
Las distinciones en el ámbito nacional son innumerables. Destaquemos: la Medalla de Oro que le entregó en 1954 el Congreso Nacional; el Premio Presidencia de la Nación en 1956; el Doctorado Honoris Causa que en 1990 le entregó La Universidad Nacional de Córdoba; y el Diploma de Ciudadano Ilustre que le otorgó la Municipalidad de Buenos Aires.

En Japón, en 1997, se erigió un templo en su memoria, con un gran rostro de Yupanqui.
En Alemania, un señor muy adinerado, construyó un teatro para 400 personas. En sus paredes hay sólo cuatro retratos de sendos guitarristas del mundo: Albéniz, Granados, Williams y Atahualpa Yupanqui.

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Los libros de Yupanqui

‘Piedra sola’ (1940)
‘Aires Indios’ (1943)
‘Cerro Bayo’ (1953)
‘Guitarra’ (1955)
‘Del algarrobo al cerezo’ (1954)
‘El payador perseguido’ (1983)
‘El canto del viento’ (1985)
‘La capataza’ (1992)

Quedaron inconclusos sus ‘memorias’ y un libro de cuentos para niños.

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Hoy participé de un programa homenaje a don Atahualpa, invitado por un atento amigo. En una charla que tuvimos en la emisión radial con Roberto Chavero (el hijo de Yupanqui) nos contó esta mañana que la editorial ‘Puerto de Palo’ acaba de publicar ‘Las memorias’.

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Bibliografia


‘El canto del viento’ – A. Yupanqui.-Los Grobos SA-Carlos Casares –2001.
‘Atahualpa Yupanqui. Su vida, sus anécdotas, su obra’–Miguel Angel Gutierrez-Edit. Imaginador-Buenos Aires-2001.
‘A. Yupanqui. El canto de la patria profunda’-Norberto Galasso- Ediciones del Pensamiento Nacional-Buenos Aires-1992.
‘A.Yupanqui. Confesiones de un payador’-José Tcherkaski-Edit.Galerna-Buenos Aires-1984.
‘Una mujer llamada Pablo’-Isabel Lagger- Mónica Figueroa Editora-Córdoba-2000.
‘Cartas a Nennette’-Víctor Pintos-Edit.Sudamericana-Buenos Aires 2001.
‘La Capataza’-A.Yupanqui-Ediciones Cinco-Buenos Aires 1992.
‘El payador Perseguido’-A.Yupanqui-Ediciones Olocco-Córdoba-1983.
‘Cerro Bayo’-A.Yupanqui-Ediciones Siglo Veinte-Buenos Aires.1986.
‘Aires Indios’-A.Yupanqui-Ediciones Siglo Veinte-Buenos Aires-1981.
‘Del algarrobo al cerezo’-A.Yupanqui.Nueva Edit.Univerrsitaria. Universidad Nacional San Luis- San Luis 2002.
‘Suama Paz’-Rene Vargas Vera-Ediciones De Aquí a la Vuelta-Buenos Aires-1995.
‘Entrevista a Don Ata’-Alfredo Zitarrosa-Fundación Yupanquiana-Buenos Aires.
‘Atahualpa con el país adentro’’-Pipo Lernoud-Fundación Yupanquiana-Buenos Aires.
‘Estudio literario de la letras de las canciones de A. Yupanqui’-Prof. Jaime Pellicer-Universidad Ann Arbor-New Jersey-EEUU-Fundación Yupanquiana. Buenos Aires.
Revista ‘La Maga’-Buenos Aires.
Revista editada por SADAIC-Bues Aires.
Revista ‘Nueva’.
Publicaciones diarios ‘Río Negro’ (Gral Roca) y ‘Clarin’Buenos Aires.

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