Atahualpa Yupanqui (I)

Nació como Héctor Roberto Chavero, en Campo de la Cruz, partido de Pergamino, provincia de Buenos Aires, el 31 de enero de 1908.
Su madre Higinia Haram, era vasca, de Guipúzcoa. Tenía una frase ‘el que paga sus deudas se enriquece’.
Su padre, José Demetrio Chavero, un criollo de sangre quechua, también tenía antiguos orígenes vascos. Xabero, en el país vasco, significa ‘gente de los alisos'. El aliso es un árbol similar al algarrobo nuestro. Los Chaveros de América, con quebracho y a algarrobo, hicieron puertas y columnas para iglesias y capillas.
‘Amo la luz y el río, el silencio y la estrella,
Y florezco en guitarras porque fui la madera’.
En estas tierras los Chaveros y los Haram se mezclaron con el nativo. La sangre de don Atahualpa tenía 300 años de América.
‘Si un abuelo llanero galopó hasta mi cuna
Otro me dijo historias con su flauta de caña’.
En el marco criollo de la pampa bonaerense estaban los cantores. Frente a esos cantores anónimos el niño estaba delineando el rumbo cabal de su destino.
‘Yo me he criado a puro campo,
Rancho, rebaño y, maizal
Con noches de historias viejas
Y mañana de cristal’.
Su vida de guitarrista se encaminó cuando comenzó a estudiar guitarra con el maestro Bautista Almirón. Con Almirón comprendió que la guitarra tenía un panorama infinito, Que además de traducir los temas de campo podía incursionar en las acuarelas de Albéniz o Tárrega y llegar a Schubert, Schuman, List, Beethoven o Juan Sebastian Bach. ‘Escuche Usted año Bach, y al cabo de un año será otro hombre’.
Fue muy lector. A los 13 años se había devorado ‘El Quijote de la Mancha’.
‘Los Comentarios’ del Inca Garcilaso de la Vega fue como una biblia folklórica. De ‘Los Comentarios’ viene su nombre artístico. Era un niño cuando cambió su Héctor griego -que refiere al personaje de ‘La Ilíada’-por el de Atahualpa. Tiempo después se puso el apellido, Yupanqui.
Atahualpa viene del quechua. ‘Ata’ significa venir, ‘hu’ lejos, ‘alpa’ tierra. Yupanqui ‘para contar, decir o hacer’. Atahualpa Yupanqui puede traducirse como ‘que viene de lejos para contar’.
Tenía 18 años cuando escribió su primera canción: ‘Camino del indio’.
Entre los 20 y 30 años, dice Suma Paz, no grabó y prácticamente no actuó. Se dedicó a viajar por el país para conocer sus paisajes y sus hombres.
'Lunas me vieron por esos cerros / y las llanuras anochecidas
Buscando el alma de tu paisaje / para cantarte, tierra querida’.
Se definía como un cantor de artes olvidadas. En sus largos viajes se topó con un ‘escuchao’, que es una suerte de filósofo popular, un pensador, un sabio de la raza vieja. Gente que se maneja ‘con veinte palabras y doscientas ideas’.
En su primer libro ‘Piedra sola’ no habla acerca del pueblo –dice un crítico- sino desde el pueblo.
La tarea investigadora que luego sublimó en poesía que recorrió el mundo, no duró sólo aquella década. Atahualpa fue un obstinado peregrino. La marcha le llevó toda la vida.
Buscó en los antiguos vestigios la matriz de nuestro origen.
‘Puso España en nosotros su Sancho y su Quijote
Bullen en nuestra sangre su genio y su tesón,
Pero hay un indio extraño, pensativo y huraño,
Paseándose en el templo de nuestro corazón’.
Atahualpa fue inspirada voz de los pobres, de los desamparados.
‘Y que nadie escupa sangre / pa’ que otro viva mejor.
Mi padre murió en la mina / sin doctor ni protección,
Color de sangre minera / tiene el oro del patrón’.
Su obra estuvo al servicio de la justicia y la libertad.
'Yo también que desde chango / unido al canto crecí
Más de un barato pedí /y pa’ los peones cantaba,
Lo que a ellos les pasaba / también me pasaba a mí’.
A través de su poesía ha testimoniado como los poderosos fueron convirtiendo a los trabajadores en paria.
‘Mi tierra está llenita de ‘forasteros’,
Campesinos sin campos, indios sin cerros’.
A traves de comunicados oficiales se dijo que lo suyo era subversivo. ‘Nunca leí a Marx. Yo tenía un sentido criollo de la justicia, de la injusticia y de la pobreza, y lo sigo teniendo’.
Sus versos no tenían ningún mensaje político sino que provenía de la realidad vista y vivida. ‘A la pobreza no la inventé yo. La veo, me duele y a veces la canto’.
Entre 1947 y 1953 ni pudo grabar ni un solo disco. Entró en la listas negras de las radios. Sufrió allanamientos, detenciones, cárcel.
En 1949, con su esposa y su pequeño hijo, se instala en Cerro Colorado. Para agosto la situación es insostenible. Viaja a Montevideo. En 1950 se va a probar suerte a Europa. Conoce a Edith Piaf. ‘El Gorrión de París’ decide apadrinarlo. El 6 de junio de 1950 se presentan juntos en el Teatro ‘Ateneo’. Las cuatro noches que Atahualpa canta en la capital francesa le abrieron las puertas del viejo continente. Y desde Europa luego dará la vuelta al mundo cuatro veces, si se suman sus leguas recorridas.
*** *** ***
‘El que se hace entender con el lenguaje profundo del pueblo se gana mi respeto’.
‘Me gusta lo anónimo, lo que es auténticamente del pueblo. Amo la literatura de la breve copla, que es la más bella y la más difícil, porque en cuatro líneas tiene que desarrollar un pensamiento’.
‘Cada cual se tapa hasta donde el poncho le alcanza. Y el poncho del pueblo siempre fue corto. No podía escribir sonetos o alejandrinos. ¿Qué escribió entonces? Coplas, coplitas’.
‘Tengo prisa y no me apuro,
Parece que no la tengo,
Apurao que va despacio,
Le camina el pensamiento’.
La copla es la única luna en la larga noche de los paisanos pobres. Todos los estados del alma puede traducir la copla.
‘No quiero apero de lujo,
No quiero espuelas de plata,
Es otra luz la que busco,
Otro brillo me hace falta’.
Fue dueño absoluto de la palabra. Lo escoltó el silencio. ‘El gaucho es de pocas palabras’.
‘Moneda que está en la mano / tal vez se deba guardar
Pero la que está en el alma / se pierde si no se da’.
Sabiduría de hombre común. De esos ‘sin nadie y sin nada’ como decía Scalabrini Ortiz. O como apuntaba Lorca: ‘gente que no sabe leer ni escribir pero que tienen la cultura en la sangre’.
Solía repetir aquello de Carlyle ‘Cuándo hables procura que tus palabras sean mejores que tu silencio’.
‘Tanto vivir entre piedras / se me hizo que conversaban.
Voces no he escuchado nunca / pero el alma no me engaña.
No en balde ha llenado Dios / de secretos la montaña’.
Yupanqui siempre conservó su capacidad de asombro.
‘Tengo un mundo conocido y un mundo por conocer’.
Su sabiduría no la recibió prestada, sino por aquello de madurar caminos y luchas.
‘Estas cosas que yo pienso / no salen por ocurrencia.
Para formar mi experiencia / yo masco antes de tragar,
Ha sido largo el rodar / de ande saqué mi advertencia’.
Trajinó todas las cuestas del tahuantisuyu. Los cuatros rumbos de la América india.
El escritor francés Roger Munier, después de una charla dada por Atahualpa en Francia, le preguntó ‘¿Dónde estudió Usted filosofía?’ – ‘Andado señor -le respondió- andando’.

Atahualpa vivió en Francia, desde 1950.
Murió en el país galo, cuatro décadas después, el 23 de mayo de 1992.
Por expreso pedido suyo su cuerpo fue cremado en Francia y en un último viaje partió hacia Cerro Colorado.
Pero antes, paradójicamente, fue velado en el Congreso Nacional.

Fue un estudiante eterno.
Prefería decir que ‘era estudiante, no bachiller de nada’.
Se fue de la vida manteniendo su capacidad de asombro.
Sabemos que el asombro, la curiosidad, despiertan la pregunta, y la pregunta busca la respuesta, que es la forma de aprender.
Fue un provocador.
Sus obras, sus declaraciones, conllevan la incitación a ejercer el don de pensar.
‘Es el canto con fundamento’ decía Suma Paz, que fue hasta su muerte, el año pasado, una fiel continuadora de la obra yupanquiana. Agregaba que ‘Atahualpa es un modelo estético y humano de arte y vida’.
Ante la falta de referentes profundos, hoy en Argentina, necesitamos ‘maestros’ no ídolos’.
Maestros de la talla de don Atahualpa Yupanqui.

*** *** ***

Mañana –hoy no, para no cansarlos- les voy a dejar datos sueltos, frases de Yupanqui, respuesta al periodismo, con la intención de acercarnos un poco más a su pensamiento, a su filosofía. Hasta entonces.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Desembarco de los Treinta y Tres Orientales

'La palabra amenazada' II

Morriña del terruño