Julio Cortázar I

Fue un renovador del lenguaje, un apasionado del boxeo, del jazz, de la pintura y de las filosofías orientales.
Me atrevería decir: y del buen whisky y los buenos cigarros.

Julio Florencio Cortázar nació el 26 de agosto de 1914, en la embajada argentina en Bruselas, en Ixelles.
‘Mi nacimiento -producto del turismo y la diplomacia- fue un nacimiento sumamente bélico y dio como resultado el hombre más pacifista del planeta’.
Hijo de Julio Cortázar y María Herminia Scott.
Cuando el pequeño tenía cuatro años la familia regresó a nuestro país. Se instalan en Banfield.
El padre abandona a su mujer y sus dos hijos.
Nunca hizo nada por nosotros’. Julio tenía seis años.
Solía decir que no tuvo una infancia feliz. Padeció enfermedades, brazos rotos, asmas, sufrió sus primeros amores. El cuento ‘Los venenos’ tiene algo de esta etapa de su vida.
‘A los 8 ó 9 años yo leía y escribía demasiado y me obligaban a tomar sol. Hubo un médico por ahí, que me prohibió leer por cinco meses, lo cual fue un sufrimiento tan grande, que mi madre, que era sensible e inteligente, me devolvió los libros’.
Escribió una novela a los nueve años. ‘Que por suerte se ha perdido, era muy lacrimosa, y al final morían todos’. Su familia creía que la había plagiado.
Un día de 1932, descubre en una librería de Buenos Aires un libro de Jean Cocteau: ‘Opio, diario de una desintoxicación’, que cambia su visión de la literatura.

Estudió magisterio. Se recibió de Profesor en Letras.
Ingresa a la Facultad de Filosofía y Letras, que abandona por falta de recursos.
‘En casa había muy poco dinero y yo quería ayudar a mi madre’.
Ejerció la docencia en Bolívar, Saladillo, Chivilcoy y en la Universidad Nacional de Cuyo en Mendoza.
Participó de varias manifestaciones en oposición al peronismo. Cuando Perón asume la presidencia, renuncia a la Universidad, pues estaba seguro que iba a perder el cargo.
En 1946 se publica su cuento ‘Casa Tomada’ en la revista ‘Los anales de Buenos Aires’ dirigida por Jorge Luis Borges.
‘Cada palabra ha sido elegida –decía Borges-, nadie puede contar el argumento de un texto de Cortázar; cada texto consta de determinadas palabras en un determinado orden. Si tratamos de resumirlo verificamos que algo precioso se ha perdido’.
En el 48 obtiene el título de Traductor público de inglés y francés. Una carrera que insume tres años y que Cortázar terminó en sólo nueve meses.
Al año siguiente escribe una primera novela ‘Divertimento’, en la que se vislumbra ‘Rayuela’.
En 1951 sale publicado su primer libro de cuentos ‘Bestiario’. No tiene repercusión.
Es el año en que becado por el gobierno francés, viaja a París y comienza trabajar en la UNESCO.

‘No se ponga modesto “Don Fueye”,
Mientras, yo lo acompaño con vino,
Tabaco y tantas nostalgias.

Dos años después se casa con la traductora argentina Aurora Bernárdez.
En 1954 la Unesco realiza su Asamblea General en Uruguay. Cortázar se hospeda en el Hotel Cervantes de la vecina capital, lugar donde transcurre su cuento ‘La puerta condenada’.
En Montevideo camina por las calles del barrio del Cerro. El barrio de La Maga.
Pública el libro de cuentos ‘Final de juego’ en México, en 1956.
En 1959 apoyó la Revolución Cubana, y a partir de ese momento comienza a acentuarse el compromiso político.
'Es una cuestión de opciones: está el que se queda en su “torre de marfil” y sigue escribiendo sonetos -perfectamente en su derecho- pero no es un hombre que asume una responsabilidad de tipo histórico, frente a sus lectores, o sea, su pueblo’.
Es el año en que el editor Paco Porrúa, de Sudamericana, le publica ‘Las armas secretas’. Ahora sí, el éxito fue rotundo, lo que permitió legitimar a Cortázar, extender su fama y releer los libros anteriores.
En ‘Las armas secretas’ aparece ‘El perseguidor’, del que Cortázar explicaba que ‘fue una iluminación. Terminé de leer el artículo que anunciaba la muerte de Charlie Parker y ese mismo día empecé a escribir el cuento’. El relato ‘es un problema de tipo existencial, de tipo humano’.
La primera novela conocida es ‘Los premios’ de 1961, donde incursiona en un propuesta experimental que luego ampliará en ‘Rayuela’.
'Rayuela' que Sudamericana edita en 1963.
El juego está inspirado en una técnica oriental religiosa de ‘mandala’ –ese iba a ser originariamente el nombre de la novela-. El mandala es un diseño laberíntico que, como la rayuela, se puede dibujar en el suelo para iniciar al adepto.
Cuando escribí “Rayuela” estaba totalmente alejado de la cuestión política. Es un libro netamente literario centrado en la metafísica, con un fermento de tipo intelectual. Si las generaciones jóvenes se han sentido atraídas por el libro es porque allí encuentran una serie de preguntas, de cuestionamientos, que son afortunadamente típicos de la juventud. Oliveira es el gran interrogador. No se pone en maestro. No da respuestas porque no las tiene. Yo sigo ahora (el comentario es de 1983, dos meses antes de su muerte) buscando respuesta, como Oliveira. Me pregunto ¿Qué va a pasar con la Argentina? ¿Qué va a pasar con la humanidad?’.
La utopía celestial de ‘Rayuela’ –dice un crítico- propone la re-unión del hombre con una armonía primordial perdida.
Cortázar por su parte dice que el libro busca revisar la cultura ‘el callejón sin salida de la Gran-Infatuación-Idealista-Realista-Espiritualista-Materialista del Occidente SRL’.
Una noche escuchando un concierto en el Thèatre de Champ Elysées ‘tuve bruscamente la noción de unos personajes que se llamarían cronopios’.
‘Historias de cronopios y de famas’ es de 1962, tiene influencias del humor absurdo de los surrealistas.
Luego vendrán ‘Todos los fuegos el fuego’, ‘Octaedro’, ‘Alguien anda por ahí’, ‘Un tal Lucas’, ‘Queremos tanto a Glenda’ y ‘Deshoras’.

En 1967 aparece ‘La vuelta al día en ochenta mundos’. Demás está decir que es un indirecto homenaje a Julio Verne, escritor que conoció en su niñez cuando su madre le acercaba libros juveniles. Es el año en que separa de Bernárdez y se une, sin contraer matrimonio, con la lituana Ugné Karvelis, quien lo interesa definitivamente de la cuestión política.
En México, en el 69 se aparece ‘Último round’. Incluye una carta del autor a Fernández Retamar. Cortázar explica que la misiva aparece ‘puesto que razones de gorilato impiden que la misma llegue al público latinoamericano’.
En 1970 asiste, en Santiago de Chile, a la asunción del presidente Salvador Allende.
En 1973 Sudamericana publica una novela que levanta polvareda, el ‘Libro de Manuel’, que en París obtiene el Premio Médicis. Aquí fusionó renovación narrativa y temática revolucionaria.
Ya no sólo expone ideas, sino que se expone personalmente. En 1976 en plena dictadura de Somoza, ingresa clandestinamente a Nicaragua. Visita con ayuda de Ernesto Cardenal la aldea de Solentiname para una tarea artístico-política basada en los principios de la Teoría de la Liberación. Tras la experiencia escribe ‘Apocalipsis de Solentiname’.
En 1979 se casa con la canadiense Carol Dunlop.
Ese año los sandinistas llegaron al poder en Nicaragua. Hacia allí fueron las inclinaciones de Cortázar, que por entonces ya había integrado el Tribunal Russell contra la represión en América latina.
‘Cuando lo sandinistas echaron a Somoza, los Estados Unidos no pueden aceptarlo. Hay una frase famosa del viejo Roosevelt que sintetiza siniestramente eso: “Somoza era un hijo de mala madre, pero era “nuestro” hijo de mala madre’. ‘La amenaza norteamericana no es sólo para Nicaragua. La noción de “patio trasero” llega hasta Tierra del Fuego’.
En 1981 asume en Francia el gobierno socialista de François Mitterrand. En uno de sus primeros decretos le otorga a Cortázar, el 24 de Julio, la nacionalidad francesa.
Ahora el escritor da conferencias en universidades europeas y norteamericanas, participa de plenarios, es invitados a congresos. Sus publicaciones tienen alcance internacional.
En su última etapa, con el humor que le caracterizó, experimenta lúdica y literariamente, junto a su esposa Carol Dunlop en un viaje-juego por la autopista que une París con Marsella. Se detienen en cada parador de la ruta, lo hacen tan lento que tardan 33 días en recorrerla, sin salir ninguna vez de dicha ruta. La travesía -o travesura- da lugar a ‘Los autonautas de la cosmopista’.

El juego llegaba su fin.
Cortázar sabe que está gravemente enfermo.
‘Los médicos no pueden dar con la cura’.
El 2 de noviembre de 1982 muere Carol.
El ánimo terminará por decaerlo.
En los primeros días de diciembre, en coincidencia con la asunción de Raúl Alfonsín, esperanzado con el advenimiento de la democracia, en la vida nueva que nacía para Argentina, el escritor viaja a Buenos Aires.
Visita a su madre. Es calurosamente recibido por la gente, que lo reconoce en las calles.
El nuevo gobierno democrático lo ignora y no lo recibe.
Regresa a París.
La leucemia termina por vencerlo el 12 de febrero de 1984.

Está enterrado en el cementerio de Montparnasse.
Desconozco por donde andará, diría Yupanqui, que le grabó unos versos al escritor. Espero que después de tanta rayuela para el mundo, Cortázar haya llegado finalmente al ancho cielo.

En 1984 le fue concedido el Premio Konex de Honor.
Su obra estuvo relegada en los 90. Hoy es revalorizado mundialmente.

En la próxima les diré algo de Conrado Nalé Roxlo.
En la siguiente entrega seguiremos con Cortázar.

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