Antonio Alice
Es pintor argentino.
Se lo podría identificar como el pintor de de escenas históricas argentinas.
Nació en Buenos Aires el 23 de febrero de 1886.
Cuenta la leyenda que un día en que el médico Cupertino del Campo se estaba haciendo lustrar sus zapatos frente a un negocio de la avenida de Mayo, vio en el local comercial a un chico –Antonio tenía por entonces 12 años- haciendo uno dibujos que lo maravillaron.
El médico presenta al niño al pintor Decoroso Bonifanti, quien lo incorporó a su taller.
El joven Alice estudio seis años con Bonifanti.
En 1904 gana un concurso nacional que le permite estudiar becado en Europa. Viaja a Italia con el maestro Bonifanti.
En la península estudia en la Real Academia Albertina de Turín.
Gana varias medallas de Oro.
Retorna al país en 1910 y fue medalla de oro en el salón del Centenario por su ‘Muerte de Güemes’.
Se convierte en una celebridad.
Al año siguiente obtiene el primer premio en el Salón Nacional con ‘Retrato de Señora’. Obra que actualmente se expone en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Con el óleo ‘Confesión’ ganó una medalla de plata en el Salón de Artistas Franceses en 1914. Esta tela obtuvo medalla de honor en la Exposición Universal de San Francisco, California.
Antonio Alice fue miembro fundador del Instituto Nacional Sanmartiniano, docente en la Escuela Nacional de Bellas Artes y en la Universidad Nacional de La Plata.
Más allá de haber pintados escenas o próceres argentinos, que conocimos en los años de la mocedad, en nuestro manuales de historia, fue retratista de sus propios familiares y un pintor paisajista de la costa rioplatense.
Retornando al autor de escenas histórica, es bien conocida ‘Los constituyentes de 1853’ expuesta en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional.
Al artista la tela le llevó 12 años de elaboración y trabajó con un diorama -esculturas colocadas sobre un pequeño escenario- donde estudiaba el efecto de luz y sombra de las velas.
Sus medidas son 5,50 metros de ancho por 3,60 metros de alto.
Estas dimensiones lo convierten en el mayor cuadro de caballete que se haya realizado en el país.
Algunos de los personajes representados tienen un tamaño mayor al de una persona real.
‘En esta obra he puesto toda mi fe, mi amor de artista y mi pasión argentina’ declaró Alice.
‘Argentina, tierra de promisión’ es un óleo ubicado en el Palacio de Correo de la Capital, mientras que ‘La muerte de Güemes’ se halla en la Legislatura de Salta.
Otra de sus obras conocidas es ‘San Martín en Boulogne-sur-Mer’.
El mismo pintor se ha explayado sobre esta obra indicando que recibió el apoyo de Joaquín V. González, que viajó a Francia para respirar el ambiente donde San Martín vivió en sus últimos años ‘su armoniosa soledad de prócer’.
Tenía que conocer cuál era la real figura física del Libertador en los tiempos de su ostracismo y ‘la esencia espiritual de aquel hombre que fue superior a su tiempo’.
Conocemos el cuadro.
San Martín de pie, está sobre el ‘Rocher de la Palaise’, una suerte de pedestal que memora las rocas cordilleranas.
El viento marino le alza la capa. Alice explica que semeja el ala de un cóndor del Ande.
La mano derecha toma un bastón, que aquí ya no es el sable de Chacabuco o Maipú, sino parece un mástil de la bandera de la patria.
Un sol rojizo se oculta en el poniente.
Europa va entrar en sombra.
El prócer, enhiesto, mira más allá del mar.
Más allá de las aguas oscuras del mar –él sabe- está América.
Antonio Alice murió en Bueno Aires el 24 de agosto de 1943.
Sus obras hoy figuran en museos de Buenos Aires, Rosario, Tucumán, Rio de Janeiro y colecciones europeas.
Expuso en Argentina, Brasil, Madrid, Turín, Génova, Roma, Venecia, Munich, París.
Dijo que ‘el arte es una espiritualidad que los seres humanos necesitan parta embellecer la vida’.
Se lo podría identificar como el pintor de de escenas históricas argentinas.
Nació en Buenos Aires el 23 de febrero de 1886.
Cuenta la leyenda que un día en que el médico Cupertino del Campo se estaba haciendo lustrar sus zapatos frente a un negocio de la avenida de Mayo, vio en el local comercial a un chico –Antonio tenía por entonces 12 años- haciendo uno dibujos que lo maravillaron.
El médico presenta al niño al pintor Decoroso Bonifanti, quien lo incorporó a su taller.
El joven Alice estudio seis años con Bonifanti.
En 1904 gana un concurso nacional que le permite estudiar becado en Europa. Viaja a Italia con el maestro Bonifanti.
En la península estudia en la Real Academia Albertina de Turín.
Gana varias medallas de Oro.
Retorna al país en 1910 y fue medalla de oro en el salón del Centenario por su ‘Muerte de Güemes’.
Se convierte en una celebridad.
Al año siguiente obtiene el primer premio en el Salón Nacional con ‘Retrato de Señora’. Obra que actualmente se expone en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Con el óleo ‘Confesión’ ganó una medalla de plata en el Salón de Artistas Franceses en 1914. Esta tela obtuvo medalla de honor en la Exposición Universal de San Francisco, California.
Antonio Alice fue miembro fundador del Instituto Nacional Sanmartiniano, docente en la Escuela Nacional de Bellas Artes y en la Universidad Nacional de La Plata.
Más allá de haber pintados escenas o próceres argentinos, que conocimos en los años de la mocedad, en nuestro manuales de historia, fue retratista de sus propios familiares y un pintor paisajista de la costa rioplatense.
Retornando al autor de escenas histórica, es bien conocida ‘Los constituyentes de 1853’ expuesta en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional.
Al artista la tela le llevó 12 años de elaboración y trabajó con un diorama -esculturas colocadas sobre un pequeño escenario- donde estudiaba el efecto de luz y sombra de las velas.
Sus medidas son 5,50 metros de ancho por 3,60 metros de alto.
Estas dimensiones lo convierten en el mayor cuadro de caballete que se haya realizado en el país.
Algunos de los personajes representados tienen un tamaño mayor al de una persona real.
‘En esta obra he puesto toda mi fe, mi amor de artista y mi pasión argentina’ declaró Alice.
‘Argentina, tierra de promisión’ es un óleo ubicado en el Palacio de Correo de la Capital, mientras que ‘La muerte de Güemes’ se halla en la Legislatura de Salta.
Otra de sus obras conocidas es ‘San Martín en Boulogne-sur-Mer’.
El mismo pintor se ha explayado sobre esta obra indicando que recibió el apoyo de Joaquín V. González, que viajó a Francia para respirar el ambiente donde San Martín vivió en sus últimos años ‘su armoniosa soledad de prócer’.
Tenía que conocer cuál era la real figura física del Libertador en los tiempos de su ostracismo y ‘la esencia espiritual de aquel hombre que fue superior a su tiempo’.
Conocemos el cuadro.
San Martín de pie, está sobre el ‘Rocher de la Palaise’, una suerte de pedestal que memora las rocas cordilleranas.
El viento marino le alza la capa. Alice explica que semeja el ala de un cóndor del Ande.
La mano derecha toma un bastón, que aquí ya no es el sable de Chacabuco o Maipú, sino parece un mástil de la bandera de la patria.
Un sol rojizo se oculta en el poniente.
Europa va entrar en sombra.
El prócer, enhiesto, mira más allá del mar.
Más allá de las aguas oscuras del mar –él sabe- está América.
Antonio Alice murió en Bueno Aires el 24 de agosto de 1943.
Sus obras hoy figuran en museos de Buenos Aires, Rosario, Tucumán, Rio de Janeiro y colecciones europeas.
Expuso en Argentina, Brasil, Madrid, Turín, Génova, Roma, Venecia, Munich, París.
Dijo que ‘el arte es una espiritualidad que los seres humanos necesitan parta embellecer la vida’.
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