Carlos Alonso

‘A veces la ignorancia lleva más a la brutalidad que el mal.
El arte sirve para transformar esas rémoras de barbarie que puede tener la mente humana.
El arte es capaz de despertar esa sensación de que no puede el hombre desmoronarse hacia esos abismos de crueldad organizada por los estados’.
Carlos Alonso

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Hamlet Lima Quintana habló en un poema de la gente necesaria.
Alonso, amigo de Hamlet, ha sido catalogado como ‘pintor necesario para la identidad del país’.
Porque tiene sensibilidad hacia el entorno, siempre atento a las vicisitudes políticas y sociales y porque, como escribió Loreley Gaffoglio, su paleta está cargada de memoria.

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Nació en Tunuyán, Mendoza, el 04 de febrero de 1929.
En Cuyo la presencia de la naturaleza es muy fuerte.
La montaña está siempre al final de una calle.
Alguna vez dijo que en su pintura están los miedos infantiles del campo, que lo llevaba a esconderse bajo la cama; el miedo a la obscuridad, a las ratas, las historias de aparecidos o de la luz mala.
‘Por ello no me siento un pintor urbano’.

Es uno de los maestros de la plástica argentina.
La pintura de Alonso, se ha dicho, es conmovedora.
Fernando Ureña Rib dice que se mira su obra como ‘quien observa por encima del hombro algo que al mismo tiempo le complace y desagrada’.

Tenía 14 años cuando sus padres le autorizaron dejar el secundario para pasarse a la Academia de Bellas Artes de la Universidad de Cuyo.

Estudió escultura con Lorenzo Domínguez, pintura con Ramón Gómez Cornet y dibujo con Lino Spilimbergo.
Spilimbergo fue su maestro y luego su amigo.
De la mano de la fotógrafa Annemarie Heinrich expuso por primera vez en Buenos Aires a los 24 años.
Con el dinero obtenido allí viajó a Europa. Expuso en Paris y Madrid.
Ilustró la ‘Antología de Juan’ de su amigo Armando Tejada Gómez.
En 1957 ganó un concurso de Emecé para ilustrar el Quijote y dos años después el Martín Fierro.
En 1963 la Unión Soviética editó unas postales con imágenes de ‘El Quijote’ con ilustraciones de Pablo Picasso y Carlos Alonso.
Es en la década del 60 cuando Alonso irrumpe con la fuerza de su pintura y el compromiso político.
Se caracteriza por su corriente social en el arte.
Las ilustraciones de ‘El matadero’ de Esteban Echeverría son de 1966.
En 1967 presentó trabajos referidos al Dante y la Divina Comedia en México.
Expone en Cuba.
Para 1971 lleva sus obras a Roma, Milán y Londres.

Alonso es un artista humilde, recatado, pero sus temas son inmensos.
‘Soy de perfil bajo. Siento que eso beneficia mi trabajo’.

Ha estado siempre en la vereda de enfrente de las corrientes.
‘Cuando existía el Di Tella, nosotros estábamos en otra opción, más hacia la pintura social; el Di Tella era muy vanguardista pero muy yanqui’.

Ha desarrollado mucho tiempo un proyecto denominado ‘Arte para todos’.
Ha ilustrado textos de Borges, Dávalos, Barletta, Arlt.
A su camino de pintor le ha sumado su actividad como ilustrador, entendiendo que a través de las revistas y los libros llega a un caudal más grande de personas.
Siento la necesidad de producir aperturas para que mayor cantidad de gente tenga acceso a la pintura. Comprendo que falta tiempo para que la gente tenga ganas, alegría y cierto conocimiento para ver un cuadro y no se le ocurra que está frente a un jeroglífico’.

En abril de 1976 expuso en la Art Gallery Internacional. Tuvo una amenaza de bomba.
Poco después se exilió en Italia.
Estaba en Roma cuando recibió la noticia del secuestro y desaparición de su hija Paloma.
‘Mi hija era maestra jardinera. Alfabetizó en Perú y en algunas villas de Buenos Aires.
Paloma tenía una militancia como la de tantos jóvenes que estaban detrás de una utopía’.
Su pintura ‘Inauguración’ comenzó como un cuadro con el tema de la desaparición de su hija. Tardó 25 años en hacerlo. Terminó en un mural (6,30 x 2,00 metros) donde ha plasmado ‘la historia de mi exilio, personaje, sucesos, amores y odios que respiré estos años’.

Hoy Alonso vive en Unquillo (Córdoba), en una casa emplazada en una barranca, donde la vista de las sierras y el valle es espectacular.
La vivienda se halla en la calle Lino Spilimbergo.

En Junio y Julio del 2008 el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén expuso obras de Carlos Alonso en su faceta de ilustrador.
Se expusieron litografías de ‘El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha’, del ‘Martín Fierro’, tintas sobre ‘El matadero’ de Esteban Echeverría, de ‘Mademoiselle Fifi’ de Guy de Maupassant, de ‘Yo, el supremo’ de Augusto Roa Bastos; tintas y acuarelas de ’20 poemas de amor y una canción desesperada’ de Pablo Neruda, entre otras.
En la presentación el Director del MNBA Neuquén dijo que Alonso ‘con su trazo devela nuevas, desconocidas facetas del personaje, como si el pintor estuviera reinventándolo, desde otro punto de vista y con otras herramientas. Literatura dibujada o dibujo escrito’.
‘Hace del arte, de quien escribió hace 100 o 500 años, una denuncia de este injusto tiempo en el cual lo peor parece no haber cambiado’.
‘Ese es el pacto de sangre que el artista ha firmado con su propia historia, con sus ideas de un mundo nuevo, de las que jamás renegó ni aun ante el ataque siniestro que le tenía deparado la dictadura’.



El Libro de las Grandes Entrevistas’-Revista Ñ Clarín-Buenos Aires-2005.
‘Revista ADN Cultura’ Diario La Nación-Buenos Aires. 23 nov 2003.
De la exposición ‘Carlos Alonso, Ilustrador’ en el MNBA de Neuquén.


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