Doctor Salvador Mazza
El brasileño Carlos Chagas descubrió la enfermedad que lleva su nombre hace 100 años; investigación que amplió y confirmó el doctor Mazza, quien le dio su apellido.
Mal que hoy se ha globalizado y que no afecta sólo a la pobreza.
A pesar de que no se cuentan con recursos para investigación y desarrollo de diagnóstico y tratamiento, algunos países de Sudamérica, entre los que no está la Argentina, han erradicado la vinchuca.
En nuestro país tres millones de personas conviven con ella.
El doctor Salvador Mazza nació en Rauch, provincia de Buenos Aires, el 6 junio de 1886.
En 1910 se graduó como doctor médico en la UBA.
Se dedicó a la bacteriología, la química analítica y la patología.
En 1916 en un viaje de estudio por Europa y África conoció a Charles Nicolle, Premio Nobel de Medicina.
Invitado por Mazza, en 1925, Nicolle llega a nuestro país y apoya al médico argentino en la creación de un instituto para el estudio de enfermedades endémicas.
Así nace la Misión de Estudios Patológicos Regional Argentina (MEPRA), que tuvo su sede central en Jujuy.
Jamás Argentina había tenido un equipo de científicos multidisciplinarios de tal calidad de investigación.
Además de conducir el MEPRA, el doctor Mazza, equipó un vagón como laboratorio y consultorio completos, con el que recorrió el país desde el Lago Argentino hasta el extremo norte de Jujuy.
El médico brasileño Carlos Ribeiro Justiniano das Chagas, había descubierto la enfermedad que lleva su nombre en 1909.
Poco tiempo después se comprobó que la descripción era parcialmente errónea y Chagas cayó en descrédito, hasta que el doctor Mazza la redescubrió, y conoció el vector del tripanosoma cruzi, es decir la vinchuca.
Sus escritos ocupan tres tomos, totalizando unas mil páginas, donde ratifica la enfermedad, los estudios de la sintomatología y lesiones que causa la misma.
En 1942 el MEPRA obtuvo otro trabajo de repercusión internacional: logró producir penicilina.
En el extranjero se comprobó que la penicilina nacional estaba a la altura de las fabricadas en otros lugares del mundo.
En el país no había un ampolla del antibiótico ya que la producción internacional era para uso exclusivo de las tropas de la guerra europea.
Final asombroso: el gobierno argentino mostró total indiferencia ante el logro científico del equipo de Mazza.
De allí que se entienda que el doctor Mazza tuvo más reconocimiento en el extranjero que en nuestro país.
‘Por allá me dicen sabio, prefiero que digan que soy un hombre tesoneramente dedicado a una disciplina y que no doy pasos hacia atrás’.
De sí mismo decía que no era ‘un cortesano del poder’.
Estaba participando de un congreso médico en Monterrey, México, cuando murió el 9 de noviembre de 1946.
Tuvo un síncope cardíaco similar a lo que produce la tripanosomiasis.
Nos enteramos, diario Perfil mediante del pasado 16 de agosto, que el doctor Salvador Mazza, le encargó al artista plástico Fidel Roig, que pintara óleos de extremo realismo de los enfermos de chagas, para llevar un registro de cómo se desarrollaba la enfermedad.
Un catálogo iconográfico del paso a paso.
Las fotos no le servían porque las películas de entonces presentaban colores irreales.
La magnífica colección científico-artística se perdió entera cuando, entre 1958 y 1960, hicieron desaparecer todo el material del doctor Mazza.
En 1995, Juan Bautista Stagnaro dirigió ‘Casas de Fuego’, sobre la vida del descubridor de la enfermedad de Chagas-Mazza.
Miguel Angel Solá interpretó al doctor Mazza.
Vale verla.
En la provincia de Salta, la ciudad más septentrional del país lleva el nombre de Profesor Salvador Mazza.
Ubicada sobre la ruta nacional 34, en el límite con Bolivia, tiene una población de 16 mil habitantes.
Contrariamente a lo que se dice, no es La Quiaca la ciudad más norteña del país, sino la salteña ‘Profesor Salvador Mazza’.
Mal que hoy se ha globalizado y que no afecta sólo a la pobreza.
A pesar de que no se cuentan con recursos para investigación y desarrollo de diagnóstico y tratamiento, algunos países de Sudamérica, entre los que no está la Argentina, han erradicado la vinchuca.
En nuestro país tres millones de personas conviven con ella.
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El doctor Salvador Mazza nació en Rauch, provincia de Buenos Aires, el 6 junio de 1886.
En 1910 se graduó como doctor médico en la UBA.
Se dedicó a la bacteriología, la química analítica y la patología.
En 1916 en un viaje de estudio por Europa y África conoció a Charles Nicolle, Premio Nobel de Medicina.
Invitado por Mazza, en 1925, Nicolle llega a nuestro país y apoya al médico argentino en la creación de un instituto para el estudio de enfermedades endémicas.
Así nace la Misión de Estudios Patológicos Regional Argentina (MEPRA), que tuvo su sede central en Jujuy.
Jamás Argentina había tenido un equipo de científicos multidisciplinarios de tal calidad de investigación.
Además de conducir el MEPRA, el doctor Mazza, equipó un vagón como laboratorio y consultorio completos, con el que recorrió el país desde el Lago Argentino hasta el extremo norte de Jujuy.
El médico brasileño Carlos Ribeiro Justiniano das Chagas, había descubierto la enfermedad que lleva su nombre en 1909.
Poco tiempo después se comprobó que la descripción era parcialmente errónea y Chagas cayó en descrédito, hasta que el doctor Mazza la redescubrió, y conoció el vector del tripanosoma cruzi, es decir la vinchuca.
Sus escritos ocupan tres tomos, totalizando unas mil páginas, donde ratifica la enfermedad, los estudios de la sintomatología y lesiones que causa la misma.
En 1942 el MEPRA obtuvo otro trabajo de repercusión internacional: logró producir penicilina.
En el extranjero se comprobó que la penicilina nacional estaba a la altura de las fabricadas en otros lugares del mundo.
En el país no había un ampolla del antibiótico ya que la producción internacional era para uso exclusivo de las tropas de la guerra europea.
Final asombroso: el gobierno argentino mostró total indiferencia ante el logro científico del equipo de Mazza.
De allí que se entienda que el doctor Mazza tuvo más reconocimiento en el extranjero que en nuestro país.
‘Por allá me dicen sabio, prefiero que digan que soy un hombre tesoneramente dedicado a una disciplina y que no doy pasos hacia atrás’.
De sí mismo decía que no era ‘un cortesano del poder’.
Estaba participando de un congreso médico en Monterrey, México, cuando murió el 9 de noviembre de 1946.
Tuvo un síncope cardíaco similar a lo que produce la tripanosomiasis.
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Nos enteramos, diario Perfil mediante del pasado 16 de agosto, que el doctor Salvador Mazza, le encargó al artista plástico Fidel Roig, que pintara óleos de extremo realismo de los enfermos de chagas, para llevar un registro de cómo se desarrollaba la enfermedad.
Un catálogo iconográfico del paso a paso.
Las fotos no le servían porque las películas de entonces presentaban colores irreales.
La magnífica colección científico-artística se perdió entera cuando, entre 1958 y 1960, hicieron desaparecer todo el material del doctor Mazza.
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En 1995, Juan Bautista Stagnaro dirigió ‘Casas de Fuego’, sobre la vida del descubridor de la enfermedad de Chagas-Mazza.
Miguel Angel Solá interpretó al doctor Mazza.
Vale verla.
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En la provincia de Salta, la ciudad más septentrional del país lleva el nombre de Profesor Salvador Mazza.
Ubicada sobre la ruta nacional 34, en el límite con Bolivia, tiene una población de 16 mil habitantes.
Contrariamente a lo que se dice, no es La Quiaca la ciudad más norteña del país, sino la salteña ‘Profesor Salvador Mazza’.
Wikipedia.
Todoargentina.net.
Mercuriodelasalud.com.
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