Día Internacional de la Violencia contra la Mujer

Se toma por natural que en las manifestaciones frente a cualquier tipo de derecho herido, sean hombres –por lo general- lo que ocupen rutas, calles o plazas para manifestar.

En general comprendo a quienes llegan a esa situación forzados por la ausencia de respuestas de quienes son responsables de darlas.
Estoy más que seguro que mucho antes de ese tipo de reclamos, que por supuesto molesta -está hecho para eso- se han golpeados puertas, se han pedido audiencias, se han enviado notas y la solución no aparece.

En Julio de este año llegaron unas noticias dando cuenta que en España hubo una manifestación de hombres contra la violencia. Violencia en general.

Lo que sigue parece una utopía, bien podría ser un deber.

En su ‘Cuaderno de Saramago’ el escritor portugués llega a la conclusión que la violencia contra la mujer no es un ‘problema de las mujeres’.
Es un problema de los hombres.

Porque esa violencia se basa en el machismo, en la cobardía de usar la fuerza contra un ser físicamente más débil, en el enfermizo sentimiento posesivo, en su poquedad.
Saramago imagina una manifestación de cien mil hombres, nada más que hombres, expresándose en las calles, mientras las mujeres, desde las aceras, le lanzan flores.

Sería toda una señal.
Un gesto de caballerosidad.

Tirar de la manta y que públicamente quede al desnudo esta vergüenza de la sociedad.

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