5 de mayo de 1976 desaparece Haroldo Conti

Fue poco después de la medianoche.
Haroldo y Marta, su mujer, habían ido a ver ‘El Padrino II’.
Hacía seis meses que no iban al cine.
Vivían, escondidos, en una casa alquilada de Villa Crespo.
Apenas entraron a la vivienda, lo recibieron unos diez hombres vestidos estrafalariamente y con armas largas.
Los derribaron a culatazos, los aturdieron a patadas, les ataron las manos detrás de la espalda, le cubrieron el rostro y los llevaron a habitaciones distintas.
Eran de la denominada Brigada de inteligencia del Batallón 601 del Ejército.
Ernestito, el bebé de tres meses y Miriam de siete años, hija de Marta de un matrimonio anterior, quedaron al cuidado de un amigo cordobés, decorador de teatro que había venido a Buenos Aires a hacer comprar, y a quien los ‘inteligentes’ había golpeado brutalmente acusándolo de guerrillero.
A los niños los habían acallados con cloroformo.
‘Quiénes son ustedes?’ preguntó Marta, el militar le respondió ‘estamos en guerra, nosotros los matamos a ustedes o ustedes nos matan a nosotros.’
‘Yo no he visto ninguna guerra aquí, y nosotros no matamos a nadie’.
Uno de los militares le preguntó a Marta porqué había ido a Cuba y no a EEUU.
‘Para acompañar a mi marido que fue jurado en un concurso de Casa de las Américas’.
Otros secuestradores rompían todo y se robaban los muebles.
A dos cuadras había una Comisaría, la 29ª. No oyeron nada.
Ningún vecino vio la ‘mudanza’.
Estuvieron toda la noche.
Poco antes de las seis de la mañana, la levantan a Marta para que vaya a despedirse de Haroldo. No veía nada.
Otro de los militares comenta ‘¿Vas bailar un vals con la señora que está tan elegante?’
Haroldo se acerca a ella le dice que se quede tranquila, que todo está bien y le besa la barbilla, el único lugar descubierto que tiene.
Marta se da cuenta que su marido no está encapuchado.
Le corre un escalofrío, sólo ante quien van a matar los asesinos se muestran.
Les pide que lleven unos remedios que Haroldo toma desde que lo atropelló un patrullero en 1973.
Le dicen que sí pero se van con Haroldo sin hacerle caso.
Marta sale a la calle con los chicos.
Afuera llueve, hace frío.
Un milagro, un taxi desocupado. Lo llama.
Le cuenta al taxista lo que le había pasado y le aclara que no tiene un peso para pagarle.
Le habían robado hasta las monedas.
El taxista le cuenta que todas las noches ve un caso como este.
Cuando llegaron a la casa de los padres de Marta, el chofer le ayudó a bajar y acompañó a los chicos hasta la puerta.
‘No sé quién es este hombre, ignoro su nombre, le agradezco su solidaridad. Jamás lo olvidaré’.
*** *** ***
Conti tenía entonces 50 años.
Había nacido en Chacabuco el día de la Patria, un 25 de mayo.
Era hijo de un tendero ambulante ‘que antes de vender nada se ponía charlar y a contar cosas, así recibí ese hábito de contar oralmente’.
Fue escritor, pero además maestro rural, actor, director de teatro, guionista de cine, comerciante, piloto de avión, profesor de filosofía y aficionado a la pesca.
Estudió en el Seminario Metropolitano.
Allí conoció al padre Leonardo Castellani, un ‘gigante de ojos saltones’.
Abandona los estudios religiosos e ingresa a la Facultad de Filosofía y Letras, de donde egresa en 1954.
En 1948 desde un avión, descubre el Delta, ‘uno de los metejones de mi vida’.
Lo recorría por aire, tierra y agua.
Terminó levantándose una casa.
Conoció a los isleños, a los costeros.
Mientras construía un barco nació ‘Sudeste’, novela con la que ganó el premio de Fabril Editora.
Se ha dicho que ‘Sudeste’ tiene algo de Quiroga, de Wernike, de los pescadores de ‘Moby Dick’ de Melville y de ‘El viejo y el mar’ de Hemingway.
Tenía 29 años cuando apareció ‘Alrededor de la jaula’, novela que fue premiada por la Universidad de Veracruz y luego ganó un premio de la revista Life, y el Premio Municipal de Buenos Aires.
Con ‘Mascaró, el cazador americano’ obtuvo el galardón de la Casa de las Américas y la primera edición la hizo Cuba en el año de la revolución, 1959.
En 1975, la ‘Triple A’ del gobierno de Isabel Perón ya lo tenía en la mira.
El asesor literario de la tenebrosa SIDE -cuenta Juan Sasturain- señala ‘que Mascaró presenta un elevado nivel técnico y literario, pero está en contra de principios sustentados por nuestra Constitución’.
Máscaró criticaba la represión, la tortura indiscriminada y el silencio de la Iglesia.
‘En vida’ es de 1971.
Sus libros de cuentos son ‘Todos los veranos’ (1965), ‘Con otra gente’ (1965) y ‘La balada del álamo carolina’ (1975).
La marginalidad urbana, la ciudad observada desde las villas, dominan sus cuentos.
Uno de sus personajes, un niño aún, dice ‘no sé lo que pensaran los otros, que sudan y tiemblan, que ríen y maldicen, este polvoriento montón de latas, pero lo que es yo no lo cambio por ninguno de esos malditos gallineros que se apretujan a los lejos y suben hasta el cielo del otro lado de las vías’.
Si a Borges vida y muerte le estuvieron ausentes en su existencia, a Conti no le faltaba experiencia de ser.
Trabajó, en múltiples oficios.
Pertenecía a ese grupo de escritores que garantizaban con su propia vivencia lo que narraban. Era una literatura vital. Y trashumante.
Transitó con su narrativa por las márgenes de la ciudad, de los ríos, de los andenes, de los caminos.
‘…como si estuviera a un lado del camino, no en el camino mismo
y desde allí viera mejor las cosas. O por lo menos lo que vale la pena que uno vea’
(‘Como un león’ cuento)

Su casa urbana tenía ambiente rural. Criaba gatos, palomas, perros, niños, cultivaba legumbres y flores.
No se avergonzaba de su gran amor a la vida.
Su pensamiento político era claro y público.
Lo expresaba a viva voz.
Le habían advertido en octubre de 1975 que las fuerzas armadas lo tenían en una lista de subversivos.
En una carta dirigida Roberto Fernández Retamar, doctor en Filosofía y Letras de la Universidad de la Habana, Conti le cuenta el 2 de enero de 1976 que un amigo militar le había informado confidencialmente que se esperaba un golpe sangriento en marzo y que los servicios de inteligencia estimaban una cuota de 30 mil muertos.
Poco tiempo después del secuestro del escritor, el general Videla invitó a personalidades a compartir un almuerzo.
Allí estuvieron entre otros Borges, Sábato y el sacerdote Leonardo Castellani, aquel maestro de ‘ojos saltones’, por entonces de 80 años.
El único que se animó a preguntarle a Videla por Haroldo fue el padre Castellani.
Se dice que Castellani lo visitó en la cárcel de Villa Devoto el 8 de julio de 1976.
Que el escritor estaba en tal estado de postración que no le fue posible hablar con él.
Hay quienes aseguran que nunca Videla le autorizó la visita.
De cualquier manera, lo de Castellani es más que meritorio, una quijotada, ya que la jerarquía eclesiástica era partícipe del terror militar.
Mientras un cura pedía por la vida del escritor, el actor Sergio Renán, que si no me equivoco hace poco lo volvieron a premiar, filmó sobre un cuento de Conti ‘Alrededor de la jaula’ la película ‘Crecer de golpe’ que tuvo apoyo económico del Instituto de Cine que estaba regenteado por un militar y que fue estrenada en 1977.
Renán nunca preguntó por el destino de Conti.
Es más, finalizado el Mundial de fútbol del 78 filmó ‘La fiesta de todos’. Una apología a la dictadura militar.
*** *** ***
El 4 de mayo de 1976 Haroldo Conti escribió toda la mañana en su estudio.
Dicen que terminó el cuento ‘A la diestra’ que había comenzado el día anterior.
Después del mediodía, de saco y corbata, dio clases en el secundario del barrio.
Serían las seis de la tarde cuando volvió a casa.
Se cambió y con Marta colocaron las cortinas nuevas en el estudio.
Jugó con Ernestito y le ayudó a Miriam con las tareas de la escuela.
Cenaron carne asada.
Le dijeron al amigo cordobés que durmiera en el sofá del estudio.
Y se fueron al cine.




‘Historia de la literatura argentina’-Colegio Nacional UBA-Buenos Aires.
‘La ultima y mala noticia sobre Haroldo Conti’- Gabriel García Márquez. 1981.
‘Haroldo’- David Viñas. Página 12. B.Aires 04.05.06.
Carta de Haroldo Conti a Roberto Fernández Retamar. B.Aires.02.01.76.
‘La noche del secuestro’-Marta Scavac (esposa de Conti)-Revista Crisis.B.Aires.01.04.86.
‘Con otra gente’-Haroldo Conti-Centro Editor de América Latina-B. Aires 1981.

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