Bebé en brazos
Usted, Borges, escribió en 1976: ‘ Mis padres me engendraron para el juego arriesgado y hermoso de la vida. Los defraudé. No fui feliz’ . Usted mismo, Borges, en su último libro ’Los Conjurados’ de 1985, el año anterior a su muerte, dictó: ‘No pasa un día en que no estemos un instante en el paraíso’ . Soy apenas un lector hedónico. Pero aún cuando no busque en los libros otra cosa que no sea el placer que brinda la lectura, no existe un solo libro que no deje una enseñanza. Cuando leí la frase de Borges de 1985 me quedé pensando cuales pueden ser los hechos que nos lleven al paraíso. Inicié la lista comenzado por los inmediatos. Un amanecer. Un atardecer. Un helado. Una sonata de Bach. Una zamba. Un viaje. Tu hijo actuando en un escenario. La secuencia de una película. Un libro. Con el paso de los días se fueron sumando, no sólo nuevas ocurrencias de momentos paradisíacos sino alternativas cambiantes para alcanzar el edén. Terminar el libro y cerrarlo con una sonrisa de felicidad. Leer